El micrófono y el auricular constituyen una aplicación de los conocimientos tanto de las fuerzas magnéticas como de los fenómenos de inducción. En un micrófono, la vibración transportada por la onda sonora pone a vibrar su membrana, a la que hay pegada una pequeña bobina rodeada por un imán circular fijo. En base a la ley de Faraday, en la bobina se inducirá una corriente inducida de la misma frecuencia con que vibra la bobina, es decir, con la frecuencia de la onda sonora. Así, el micrófono permite convertir una onda sonora de una frecuencia en una corriente alterna de esa misma frecuencia. Cuando esa corriente llega al auricular, construido con una estructura análoga a la del micrófono, se produce el proceso inverso: al circular la corriente alterna por la bobina del auricular, el imán que la rodea realiza una fuerza sobre la misma, proporcional a la intensidad de la corriente que la recorre, por lo que realizará una fuerza oscilante que le provocará a la membrana del auricular, una vibración con la misma frecuencia de la corriente que circula por la bobina.
